Los adolescentes necesitan dormir entre 8 y 10 horas por noche (enlace en inglés) para estar en óptimas condiciones, pero son pocos los que se acercan a esa cifra. Esto suele deberse a factores que se salen de sus manos, como el horario de la escuela y la cantidad de tarea asignada.

Muchas escuelas se han percatado de ello, y han comenzado a hacer cambios para lograr que los adolescentes duerman más.

Incluso antes de que el COVID-19 se sumara a la ecuación, el estrés y la ansiedad adolescente habían alcanzado niveles sin precedentes. En el 2019, el 36,7 por ciento de los estudiantes de escuela secundaria afirmaron sentirse tristes o desesperados, y casi un 19 por ciento había considerado seriamente el suicidio, de acuerdo a datos del año 2019 del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés, enlace en inglés).

Mientras tanto, las horas que dormían los adolescentes alcanzaron los récords más bajos, con solo un 22 por ciento de estudiantes de escuela secundaria que dormía al menos 8 horas en un día de semana promedio, de acuerdo a los hallazgos del CDC. No dormir lo suficiente es una de las principales causas de ansiedad y otros problemas graves de salud mental (enlace en inglés).

Debido a la creciente concientización sobre la importancia de dormir durante la adolescencia, escuelas de todo el país (y del mundo) han atrasado su hora de entrada para adoptar horarios más favorables para los adolescentes, en concordancia con las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría y otras grandes organizaciones médicas y de salud pública.

Pronto, California se convertirá en la entidad más grande en implementar esos cambios, siendo el primer (y único) estado del país hasta la fecha en promulgar requisitos estatales para las escuelas secundarias públicas. Estos cambios, exigiendo que la hora mínima de entrada para las escuelas intermedias sea las 8 am, y las 8:30 am en el caso de las escuelas secundarias, entrarán en vigor en julio de 2022.

Mientras tanto, algunas escuelas están realizando modificaciones adicionales para abordar las horas de sueño y el estrés de los adolescentes.

Los cambios que están haciendo las escuelas para aumentar las horas de sueño y reducir el estrés de los adolescentes

Implementar horarios en bloques

En lugar de un horario tradicional, en el que los estudiantes asisten a cada una de sus clases todos los días, los horarios en bloques son una forma de modificar la frecuencia y duración de las clases. Por ejemplo, los estudiantes podrían asistir un día a la mitad de sus clases y al día siguiente a la otra mitad, pero en períodos de clase más largos. Con un horario dividido en bloques, “la cantidad de tarea no disminuirá en términos de tiempo… pero disminuirá en términos de las asignaturas que tendrán que abordar por noche”, indica Denise Pope, cofundadora de Challenge Success (enlace en inglés), una organización que aconseja a las escuelas, estudiantes y padres sobre los enfoques más efectivos en la educación que incorporan el bienestar del estudiante. Aunque los estudiantes seguirán teniendo la misma cantidad de tarea, enfocarse en menos asignaturas “es mejor en términos de eficiencia mental”, afirma.

No dormir lo suficiente es una de las principales causas de ansiedad y otros problemas graves de salud mental.

Dos escuelas que han trabajado con Challenge Success y posteriormente han adoptado el horario en bloques son Burlingame Intermediate School, una escuela pública en Burlingame, California, y Notre Dame High School, una escuela religiosa en Belmont, California.

Reducir la carga de trabajo del estudiante

Otra opción que Challenge Success recomienda es reevaluar los niveles de tarea en general, lo que podría incluir limitar el número de clases de colocación avanzada (o clases AP, por sus siglas en inglés) y las clases de honores que cursan los estudiantes. Es una opción que se implementa con una frecuencia cada vez mayor en muchas escuelas, incluyendo Beckman High School, una escuela pública de Irvine, California, la cual limita a los estudiantes de primer año a dos clases AP o dos clases de honores y permite una única clase adicional por año. Los estudiantes que quieran agregar otra clase de nivel avanzado tendrán que firmar una exención (al igual que sus padres). El cambio fue uno de tantos que realizó la escuela tras consultar a Challenge Success para ayudar a reducir los niveles de estrés y aumentar las horas de sueño de los estudiantes.

Limitar las prácticas deportivas

En Biddeford High School, una escuela pública en Biddeford, Maine, los esfuerzos para lograr que los adolescentes duerman más incluyen restringir los deportes y actividades extracurriculares matutinas y nocturnas. Los cambios se llevaron a cabo en el 2016 para coincidir con la modificación en la hora de entrada de 7:15 am a 8:30 am. “Durante el año escolar, todas las prácticas matutinas están prohibidas”, señala Jeremy Ray, superintendente de distrito. (En el pasado, las prácticas de natación y hockey sobre hielo podían comenzar desde las 5 am).

Las prácticas nocturnas ahora terminan a las 9 pm, aunque a veces los juegos terminan más tarde si se toma en cuenta el tiempo de viaje, reconoce Ray. Sin embargo, “diría que un 95 por ciento de nuestra temporada funciona dentro de estos parámetros”, señala.

Usar simuladores de horario

En Woodson High School, una escuela pública de Fairfax, Virginia, los estudiantes de programación presentaron un simulador de horario en línea en el año 2017 que les permite a los estudiantes calcular el tiempo total que deberán dedicar a actividades relacionadas a la escuela. El simulador estaba basado en datos recolectados mediante encuestas realizadas a maestros y estudiantes, e incluía clases, deportes y clubes escolares.

Ponerse en los zapatos del estudiante

Como parte del proceso de planificación, algunos maestros optan incluso por dedicar un día entero en la escuela experimentando la perspectiva de un estudiante. Estos “días de ponerse en los zapatos del estudiante” pueden ser buenos para poner los pies sobre la tierra, señalan Pope y sus coautores en su libro del 2015, Overloaded and Underprepared: Strategies for Stronger Schools and Healthy, Successful Kids (Exceso de trabajo y déficit de preparación: estrategias para crear escuelas más sólidas y niños saludables y exitosos, enlace en inglés). Tal como lo resume un maestro de escuela intermedia citado en el libro: “¡Fue un día realmente abrumador! Son demasiadas las cosas que un estudiante intenta hacer día a día, y fue agotador para los maestros hacer el papel de estudiante por un día e intentar seguir el ritmo”.

Aunque pueda que los días de ponerse en los zapatos del estudiante y los simuladores de horarios no son lo acostumbrado en todas las escuelas, aún hay formas de que los estudiantes y sus familias apliquen los mismos principios al planificar los horarios de clase. Pope sugiere que los estudiantes hablen con otros compañeros para hacerse una idea de la cantidad de trabajo en las distintas clases, y posteriormente hagan un horario de prueba con un estimado de la cantidad de tiempo que deben dedicar a todas sus clases y actividades extracurriculares propuestas, asegurándose de dejar suficiente tiempo para dormir.

Compartir información sobre la importancia de dormir durante la adolescencia

Independientemente de las estrategias que implementen las escuelas, existe un enfoque adicional que puede ayudar a sentar las bases del éxito: educar a los adolescentes y a la comunidad en general sobre la importancia de dormir.

Una iniciativa, Sleep 101 (enlace en inglés), fue presentada inicialmente a nivel universitario y ahora se está expandiendo a las escuelas intermedias y secundarias. El desarrollo del contenido fue una colaboración con el Brigham Women’s Hospital’s Sleep Health Institute. Se encuentra disponible de forma gratuita a través de Let’s Sleep (enlace en inglés) y fue diseñado de manera que los maestros puedan integrarlo al currículo de salud de cada estado, señala Pallas Ziporyn, directora del proyecto.

“En California, Sleep 101 está ayudando a sentar las bases para atrasar las horas de entrada que maneja el estado”, agrega Joy Wake, coordinadora de difusión de California para Let’s Sleep. “La educación es un factor fundamental para promover la concientización respecto a la importancia de dormir durante la adolescencia”.

Los siguientes pasos

Para los padres

Investiga las pautas establecidas por la escuela de tu adolescente para abordar los problemas asociados al exceso de trabajo, como el estrés y las horas de sueño en los adolescentes. Para obtener recursos, incluyendo una hoja de trabajo para programar horarios, visita la página de recursos de Challenge Success (enlace en inglés).

Para maestros y administradores

Lee sobre tareas efectivas y cómo manejar las cargas de trabajo de los estudiantes en el blog de Challenge Success: Effective Homework Practices During COVID and Beyond (Prácticas efectivas para las tareas durante el COVID y más allá, enlace en inglés). Para más información sobre cómo incorporar material relacionado a la importancia del descanso para los adolescentes en las actividades escolares y enseñanza en el aula, visita Let’s Sleep (enlace en inglés).