Richard W. Riley, antiguo Secretario de Educación de Estados Unidos, llegó a calificar al último año de escuela secundaria como un «lugar desierto». Los futuros egresados están tan aburridos, cansados y agotados que su apatía suele ser considerada una enfermedad: últimoañismo. Es una enfermedad ficticia, pero el últimoañismo es lo que muchos padres y maestros estadounidenses afirman que ocurre cuando los estudiantes de 12. ° grado se acercan a la graduación, han logrado enviar finalmente las solicitudes de admisión a la universidad y el fin de la escuela está a la vuelta de la esquina. Comienzan a olvidarse de las tareas y a faltar a clases, y de forma bromista, esto es llamado últimoañismo.
A pesar de que los padres y maestros podrían verse inclinados a culpar a los adolescentes por el últimoañismo, los expertos responsabilizan a la forma en la que hemos diseñado a las escuelas secundarias. Justo cuando los adolescentes de 17 y 18 años comienzan a apreciar un cambio radical en sus vidas (independientemente de que vayan rumbo a la universidad o inicien una carrera), su vida cotidiana no presenta muchos cambios. La programación de la escuela secundaria no está enfocada en su inminente futuro. Ya saben a dónde irán el próximo año. Sus calificaciones ya no importan mucho. Las escuelas secundarias tradicionales se encuentran diseñadas en torno a estas medidas externas, y ahora que no tienen tanta importancia, todo el esfuerzo parece, de hecho, inútil.
¿Qué se puede hacer sobre esta plaga denominada «últimoañismo»?
Algunas escuelas han tomado medidas para aumentar la relevancia del aprendizaje haciendo un hueco en la programación académica regular de los estudiantes de último año con el objetivo de que trabajen en un proyecto final. Los proyectos de último año son proyectos ambiciosos, exhaustivos y prolongados que se realizan durante el último año de escuela secundaria y culminan en presentaciones orales y escritas. No solo preparan a los estudiantes para el trabajo de nivel universitario, sino que los ayuda a mantenerse concentrados en el aprendizaje durante un año de distracciones y motivación menguante. Además, ya que giran en torno a un tema elegido por el estudiante, también permiten que los estudiantes exploren un tema o campo al que podrían dedicarse como especialidad o carrera universitaria.
Dependiendo de las pasiones del estudiante, esto podría abarcar un sinfín de actividades: un aspirante a artista investigando una historia de la comunidad y pintando un mural público, un seguidor de la moda diseñando una nueva línea de ropa y escribiendo un análisis de la inspiración detrás de los diseños o un futuro científico estudiando muestras de tierra del jardín de la escuela primaria circundante y realizando una presentación ante el consejo escolar de la localidad donde se expongan los problemas de seguridad asociados a la tierra. Muchos proyectos de último año combinan lo que suele considerarse tradicionalmente como trabajo «académico» (escritura, investigación, ciencia) con algo más práctico o creativo, como el arte, la invención, las presentaciones públicas, la mercadotecnia, el activismo o el servicio público.
Los proyectos de último año son proyectos ambiciosos, exhaustivos y prolongados que se realizan durante el último año de escuela secundaria y culminan en presentaciones orales y escritas.
Los estudiantes investigan su tema con el paso del tiempo, toman notas, resumen y analizan lo que aprenden, y posteriormente demuestran sus conclusiones en un ensayo, cortometraje u otro producto. Además, realizan una presentación oral ante un panel de maestros, compañeros y/o expertos evaluadores. Los proyectos de último año suelen ser interdisciplinarios, estar conectados a la comunidad local e incluir entrevistas, observaciones científicas, y, en ocasiones, trabajo de campo, voluntariado o incluso pasantías.
¿Por qué son importantes los proyectos de último año?
Un reporte de investigación publicado en agosto del 2013 (enlace en inglés) que estudió diversas escuelas secundarias descubrió que los proyectos de último año les ayudaban a los estudiantes a estar enfocados en la escuela y se encontraban asociados a resultados positivos. Los adolescentes que culminaban proyectos de último año en Carolina del Norte «recibían ofertas de trabajo, pasantías y becas»; los estudiantes en Luisiana reportaron que la experiencia asociada a los proyectos de último año «influyó en sus metas o planes a futuro». Además, los estudiantes de último año de escuela secundaria en Massachusetts reportaron que sus proyectos finales les ayudaron a sobresalir en las entrevistas de trabajo y a desarrollar motivación y seguridad en sí mismos.
Cuando se implementan de la forma correcta, los proyectos de último año pueden…
- Fomentar que los estudiantes se sientan seguros de sí mismos al brindarles la oportunidad de sobresalir en un área de aprendizaje exhaustivo.
- Preparar a los estudiantes para el trabajo de nivel universitario, el cual suele exigir estándares más rigurosos y un conocimiento más profundo que el típico trabajo de la escuela secundaria.
- Mantener a los estudiantes enfocados en el último año de escuela secundaria al permitirles dedicarse a algo que les apasione.
- Brindarles a los estudiantes la oportunidad de desarrollar y demostrar habilidades indispensables, incluyendo el pensamiento crítico, investigación, oratoria, educación mediática, pensamiento estratégico, autosuficiencia y definición de metas.
- Ayudar a los estudiantes a explorar sus intereses, en ocasiones ayudándoles a decidir a qué especialidad o carrera dedicarse (o no).
- Ayudar a los estudiantes a encontrar un sentido de propósito en términos de la contribución que quieran realizar al mundo.
Cómo funcionan los proyectos de último año
Los proyectos de último año pueden tener distintas formas y horarios según la escuela, pero generalmente el estudiante 1) elige un tema, problema social o profesión que lo intrigue; 2) se dedica durante varios meses a una investigación exhaustiva del objeto de estudio, mediante investigación, entrevistas y pasantías, y por último 3) entrega el producto en forma de ensayo, exposición o presentación que demuestre a cabalidad las habilidades académicas y conocimiento adquirido.
Algunas escuelas, como Denver School of Science and Technology: Montview High School, reducen los horarios académicos de los estudiantes durante el semestre de primavera para darles más tiempo para sus proyectos.
Los proyectos de último año suelen realizarse al final de la escuela secundaria a modo de experiencia final, pero también son abordados en etapas más tempranas, de manera que los estudiantes puedan incluir el logro en su solicitud de admisión a la universidad. Por ejemplo, la escuela Jefferson County Open School (JCOS) en Lakewood, Colorado, cuenta con uno de los programas de proyectos de último año más antiguos de Estados Unidos. El programa de «trayectos» de la escuela exige que todo estudiante realice seis proyectos para graduarse. Cada uno de los seis «trayectos» tiene un enfoque distinto — exploración de carreras, aventuras, expresión creativa, concienciación global, indagación lógica y habilidades prácticas — y cada uno involucra que los niños «hagan algo, alguna acción», explica el director Scott Bain. «No son una simple tarea académica».
«Los proyectos de último año son una ventana al repertorio de habilidades de un niño. También suponen una ventana para entender quién eres y qué es importante para ti (a nivel personal, social e intelectual), al igual que lo que quieres hacer con tu vida», señala Bain.
Cuando los proyectos de último año no funcionan
Los críticos sugieren que los proyectos de último año distan de ser una cura milagrosa, sobre todo en escuelas donde la mayoría de estudiantes carece de habilidades académicas sólidas. El aprendizaje riguroso y exhaustivo exige más habilidades académicas, no menos. Aunque las escuelas privadas y elitistas han implementado con éxito durante siglos los proyectos de último año, el escritor de EdTrust, Carlton Jordan, señala (enlace en inglés) que los estudiantes están acostumbrados a la escritura extensa y exhaustiva. Jordan sostiene que los proyectos de último año en escuelas urbanas donde predominan los estudiantes latinos y afroamericanos suelen fallar en cumplir las expectativas, pues los estudiantes no cuentan con la preparación necesaria para abordar la tarea.
Los programas de proyectos de último año también podrían reforzar las desigualdades existentes. En un programa más irregular, podría esperarse que los estudiantes usen las conexiones de sus padres para entrar en contacto con mentores o miembros de la comunidad, en lugar de que el personal de la escuela se asegure de que todos los estudiantes tengan un plan factible para ejecutar su proyecto.
Principales factores a tomar en cuenta:
- Limitaciones de tiempo: los estudiantes de familias de bajos recursos que se ven en la obligación de trabajar, cuidar a miembros de la familia o realizar muchas tareas del hogar, podrían ser incapaces de dedicar tanto tiempo a un proyecto de último año como sus compañeros más pudientes.
- Problemas de acceso: los estudiantes que quieran explorar su interés en una profesión elitista a través de un proyecto de último año podrían tener una ventaja si algún miembro de la familia o amigo tiene esa profesión (y una desventaja en caso contrario).
- Problemas de implementación: en ocasiones, los proyectos de último año son usados como requisito de graduación alternativo para los estudiantes con probabilidades de reprobar los exámenes de graduación. Esto permite que las escuelas les ofrezcan diplomas a los estudiantes que no cuentan con las habilidades básicas de lectoescritura y matemáticas.
- Problemas adicionales de implementación: Y a la inversa, hay ocasiones en las que los proyectos de último año son diseñados para unos pocos estudiantes destacados, ignorando a la mayoría de la clase de último año.
Puntos clave
- Consulta si la escuela tiene proyectos de último año. De ser así, pide que te muestren los lineamientos y algunos proyectos exitosos como ejemplo.
- ¿No hay proyectos de último año en tu escuela secundaria? Pregúntale al director y a los maestros de 12. ° grado si investigar y producir un proyecto exhaustivo es una opción académica para todos los estudiantes.
- Con sutileza, saca a los estudiantes de su zona de confort, haciéndolos pensar y trabajar con más intensidad que nunca.